Por la resistencia palestina

Por la resistencia palestina

La ofensiva llamada “Diluvio de Al-Aqsa” lanzada desde Gaza, la contra-ofensiva israelita sobre Gaza y la ofensiva propagandística y represiva reaccionaria en Europa se combinan en una situación compleja que ha creado diversos interrogantes dentro de la izquierda revolucionaria.
La izquierda revolucionaria debe tener un posicionamiento propio, incorporado en su situación, dentro de sus condiciones históricas y sociales, ligado a sus propias perspectivas revolucionarias.
Para ello, tenemos que evitar dos trampas:
– emitir juicios, otorgar puntos positivos o negativos a base de criterios euro centristas.
– renunciar a hacer un análisis propio y contentarse con una postura de soporte incondicional.
El internacionalismo es antes que nada la capacidad de vincular situaciones diferentes a una perspectiva comuna.
Es con esta voluntad de aclaramiento que el secretariado del SRI declara:


1.
El SRI es una organización de la izquierda revolucionaria y como tal apoya a todos los pueblos alzados en resistencia contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo. La experiencia histórica ha demostrado que la victoria sobre el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo a menudo pasa por un episodio de resistencia armada. Todo apoyo a un pueblo oprimido que niegue su derecho a la resistencia armada es una hipocresía.
El SRI reconoce a los pueblos el derecho a la autodeterminación incluso si su movimiento de liberación nacional no tiene un liderazgo progresista. El hecho que los islamistas tengan el liderazgo político en Gaza, o que los pro-occidentales lo tengan en Cisjordania, no cambia nada al derecho del pueblo palestino a resistir contra la ocupación, la colonización y el apartheid.

2.
Por principios y por experiencia histórica, la izquierda revolucionaria es hostil a todo proyecto teocrático, y, por lo tanto, al islamismo. El SRI apoya las fuerzas de la izquierda palestina que defienden el proyecto inicial de la revolución palestina, no una Palestina dividida entre un estado judío y un estado musulmán, no una Palestina unificada islámica, sino una Palestina libre, laica y democrática desde el Jordán hasta el Mar. Una Palestina donde los ciudadanos y ciudadanas tengan los mismos derechos sean cuales sean sus orígenes o su confesión. Una Palestina en la que las injusticias históricas sean reparadas, es decir, una Palestina que permita el derecho de retorno de los descendientes de los refugiados de 1948 y de 1967.
3.
La brutalidad de ciertos aspectos de la ofensiva de Hamas no se puede aislar de la situación general en la que esta se manifiesta. Hay que recordar que durante “Las marchas por el retorno” organizadas por Hamas el 2018 y formadas por miles de manifestantes sin armas, las fuerzas israelitas abrieron fuego en numerosas ocasiones, matando a 243 manifestantes desarmados e hiriendo de bala a 5866 más.
La historia nos muestra que las guerras de descolonización son guerras de una brutalidad extrema. La más emblemática de ellas, la guerra de Alergia, fue íntegramente atravesada por masacres de colonos o de colonizados. No se trata de “aprobar” o de “condenar”. Se trata solamente de constatar que la abominación colonial engendra las formas más duras de resistencia y represión.

4.
Celebramos la capacidad de las fuerzas de izquierdas de la resistencia, como el FPLP, de ceñirse a realizar acciones dirigidas contra militares, altos responsables israelitas y puestos avanzados de la colonización dentro de los territorios ocupados. Esta capacidad muestra, por parte de los militantes y combatientes, un alto nivel de conciencia política e ideológica. Pero no es sorprendente que esta capacidad no se encuentre en las filas de las otras fuerzas de la resistencia palestina. Dar soporte a las fuerzas de izquierdas de la resistencia palestina también implica aceptar las decisiones tácticas y estratégicas que creen tener que hacer. Las alianzas que pueden ocurrir entre las fuerzas de la izquierda palestina y ciertas fuerzas reaccionarias no deben sorprendernos. Tales alianzas surgen casi siempre cuando la lucha contra la opresión nacional que ahoga y martiriza un pueblo llega hasta el punto en que el resto de contradicciones parecen no-prioritarias. Las alianzas pasadas entre diferentes fuerzas de la resistencia palestina son la expresión directa de la opresión sufrida por el pueblo palestino.


5.
Todo esto crea situaciones difíciles y complejas, pero si la izquierda revolucionaria europea quiere transformar las realidades y no contentarse con expresar posiciones morales, tiene que aprender a posicionarse en situaciones confusas y cambiantes.
Esto cobra más sentido aún cuando observamos que desde hace varias décadas, los valores ideológicos y las tesis políticas de la izquierda han retrocedido en Europa en conciencia social. Y como las contradicciones de clase siguen acentuándose, el resultado es, incluso en Europa, la creación de movimientos de lucha de forma inusual y a menudo con formas de expresión confusa o múltiple como los Chalecos Amarillos, la resistencia a las políticas oficiales de lucha contra el COVID o las revueltas en los extrarradios.
Como fuerza de la izquierda revolucionaria tenemos que aprender a unirnos a estos movimientos populares ofensivos que no tienen nuestras referencias políticas e ideológicas, poniendo en valor nuestros análisis y nuestros proyectos.


6.
Esta capacidad de posicionarse de forma práctica se hace más complicada y a la vez más necesaria dada la extraordinaria violencia de la ofensiva político-ideológica de la reacción. Ya hemos podido ver sus primeras manifestaciones, por ejemplo cuando toda crítica de las políticas sanitarias oficiales se veía estigmatizada, y cuando la menor crítica de la posición de Ucrania o la OTAN en la génesis de la guerra en Ucrania se veía condenada a “apoyo a la agresión de Putin”.
La facilidad y la fuerza con la que la derecha ha impuesto un discurso único, incondicionalmente pro-Israel debe ser analizada, sobre todo cuando esta ofensiva político-ideológica va seguida de una ofensiva policial-judicial que implica prohibiciones y juicios.
Hoy, los crímenes de guerra israelitas en Gaza abren de nuevo un espacio para un apoyo público de la causa Palestina. Pero debemos reflexionar en este momento de estupor en que numerosas fuerzas han guardado silencio, o aún peor, se han des-solidarizado con la causa palestina por miedo a ser percibidas como “pro-Hamas”. En ese aspecto ha habido una debilidad que debe ser cuestionada, pues este tipo de debilidad no hace más que impulsar la derecha a ir aún más lejos.


7.
Por todas estas razones, el SRI hace una llamada a reforzar la solidaridad con el pueblo palestino, con la resistencia armada Palestina, a denunciar el estado de Israel fundado en la colonización y el apartheid, a asumir el objetivo de una Palestina liberada desde el Mar hasta el Jordán, y a solidarizarse de forma práctica con las estructuras de la izquierda revolucionaria palestina perseguida en Europa, empezando por la red Samidoun.


¡Abajo el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo!
¡Viva la resistencia armada del pueblo palestino!
¡Por una Palestina libre, laica y democrática desde el Mar hasta al Jordán!


Secretariado del Socorro Rojo Internacional
25 de octubre de 2023